Debido a su proximidad con Lima, la capital del Perú, Ica es uno de los destinos ideales para escaparse: esta región sureña está ubicada a (aproximadamente) 4 horas de la urbe limeña y tiene un sinnúmero de actividades, tan distintas como divertidas, para los viajeros que se aventuren a recorrer su territorio.
Porque en Ica, las dunas de sus enormes desiertos resguardan el legado cultural e histórico de antiguas civilizaciones, como también son la locación de un oasis que parece sacado de una película o un cuento de hadas. En Ica abundan las hermosas playas con aguas refrescantes. Ese mismo mar que sirve para practicar tus chapuzones con tu familia y amigos, también es el hábitat de hermosas especies de fauna silvestre, que están ansiosas porque las visites.
No es una exageración: en Ica hay una actividad distinta para cada tipo de turista. Es un lugar donde el tiempo pasa volando, porque siempre hay algo qué hacer. ¿No nos crees? No te preocupes, que aquí mencionaremos experiencias de sobra para que puedas elegir las que mejor se adecúan a tu itinerario de viaje.
En Ica, puedes encontrar dos actividades ligadas al océano Pacífico. La más llamativa es, tal vez, la visita a la Reserva Nacional de Paracas, donde tienes la chance de tomar un viaje en lancha por las Islas Ballestas, un lugar mágico en el que puedes vivir muy de cerca la experiencia de cohabitar con amigables especies marinas.
Durante este trayecto, que está a una hora de las costas iqueñas, podrás ver a grandes familias de lobos de mar, que celebrarán tu llegada con sus cánticos naturales. Tanta es su algarabía, que los ejemplares más pequeños se aproximan hacia los botes para interactuar físicamente con los tripulantes. A su vez, puedes toparte con pelícanos que sobrevuelan sobre las movidas aguas, así también como con pingüinos de Humboldt, que son seres tan tiernos como amigables.
Además, Ica cuenta con un conjunto de islas de arena fina, aguas mansas y cristalinas. Entre las más visitadas están playa La Mina, Roja, Mendieta, El Raspón y Trompa de Elefante. Estas no solo sirven para jugar con las olas de mar, sino también para realizar actividades como pesca artesanal o practicar deportes acuáticos.
Exactamente igual a los oasis que solemos ver en las películas cuando uno de los personajes se pierde en el desierto. Un lugar que reúne lo que se necesita para un placentero y merecido descanso: huarangos y palmeras que además de sombra dibujan un espectacular paisaje; un bello cuerpo de agua rodeado de arena, servicios de resorts y restaurantes, y al fondo, casi escondido entre las dunas, el ocaso. Así es la laguna de Huacachina, un mágico lugar turístico de Ica. Parte de la magia de esta Área de Conservación Regional, a pocos kilómetros de la ciudad, es el origen de la laguna. Un cuerpo de agua que según la leyenda nació por el llanto de una princesa de verdes ojos; por ello, Huacachina significa en quechua: “mujer que llora”.
A solo 5 kilómetros de distancia de la plaza de Armas de Ica hallarás un pueblo de brujas, sí, brujas y hechizos. Estamos hablando de Cachiche, una pequeña población en cuanto habitantes pero grande en historia, pues la fama que tiene de ser un caserío de hechiceras proviene de la época de la Inquisición española. Cachiche es en pocas líneas un pueblo donde las brujas de varias localidades de Ica solían agruparse para celebrar sus rituales. Ahora, el antiguo lugar de encuentro de las hechiceras se hizo un nombre dentro de turismo regional, convirtiéndose en un curioso punto de tránsito entre los grandes atractivos de Ica.
Ya muy bien lo dijo Bernardo Piuma: «el que al mundo vino y no toma vino, ¿a qué vino?», y esa es precisamente la razón para hacer la famosa ruta del pisco, un placentero recorrido turístico con degustación por las bodegas de vinos y piscos más antiguas, reconocidas y galardonadas del Perú. Son más de 85 bodegas entre artesanales e industriales convertidas en atracción turística en Ica, una zona que pese al intenso sol reúne un suelo y condiciones naturales perfectas para la producción de vino y de la bebida emblemática del país, el pisco.
Hicieron falta más de 35 millones de años para que la naturaleza dibujara sobre el desierto de Ocucaje una extraordinaria formación geológica: el cañón de Los Perdidos. Aunque no es el más profundo ni extenso de los cañones del Perú (100 metros de profundidad y 5 kilómetros de longitud), sí que deslumbra por su tamaño e historia, pues allí, en ese inmenso hoyo en medio de la nada, se hallaron los fascinantes fósiles de la única ballena de cuatro patas de Suramérica, con dientes más grandes que los del tiranosaurio Rex. Caminar entre sus inmensas paredes de arena te hará sentir pequeño y al mismo tiempo, afortunado. Sí, afortunado de estar en un lugar único en el mundo. Lleva tu cámara fotográfica y regresa a casa con grandiosas imágenes para presumir con tus amigos.
Espectacular e imponente duna en el corazón del valle de Nazca, famosa por ser la más alta del Perú y la segunda más elevada del mundo. Son más de 1.600 vertiginosos metros de altura que a unos atemoriza, a otros atrae, pero a ambos grupos, maravilla. Estas enormes paredes de fina y blanca arena son perfectas para la práctica del sandboard extremo, pero y aunque la bajada es divertida, no hay que subestimar la subida, pues demanda de mucho esfuerzo físico; entre una y dos horas caminando. Llegar a la cresta tiene su recompensa. Un hermoso paisaje de cálido clima y aire puro con avistamiento del valle, fauna, flora y demás riquezas naturales de la zona. Por un momento en tu vida serás el rey de la colina.
Una joya arquitectónica del siglo XV que forma parte del circuito de iglesias de Ica, edificios religiosos encabezados por la catedral de la ciudad. El Santuario del Señor de Luren es un espectacular templo de estilo neoclásico donde reposa la venerada figura del Señor de Luren, segunda mayor devoción más importante del Perú. En su interior se hallan importantes piezas de mármol travertino, sobrios candelabros, y otros bellos y elegantes detalles. El recinto aporta lo que se espera dé cualquier iglesia: tranquilidad y paz, aún estando en un entorno tan bullicioso como es el centro de Ica.
Qué bella es la ciudad de Chincha Alta, un lugar colorido y enriquecido por su descendencia africana, pues allí, a poco menos de dos horas de Ica, llegaron muchos de los primeros esclavos que arribaron al Perú para trabajar en los cultivos. Aunque han pasado muchos años de esa época, la música, gastronomía e idiosincrasia de lo que hoy es Chincha, aún conservan la esencia de aquellos hombres y mujeres provenientes del “continente negro”. El entretenimiento en la ciudad es sensacional, con una amplia oferta turística en monumentos históricos y lugares de interés; gastronomía, clubes, bares y discotecas; y un espectacular paseo en bote para ver la duna El Candelabro.